Conan 2011: Espadas, Magia y Venganza en el Corazón de Hiboria

Conan el Bárbaro (2011): Un Viaje Salvaje a la Era Hiboria

En el vasto universo del cine de fantasía, pocas figuras son tan icónicas como Conan el Bárbaro. La versión de 2011, dirigida por Marcus Nispel, intenta capturar la esencia brutal y sin restricciones del mundo creado por Robert E. Howard, pero ¿logra estar a la altura del legado de su predecesor de 1982? En esta reseña, exploraremos las curiosidades y anécdotas que rodean a esta producción, sumergiéndonos en las profundidades de su creación y desentrañando los secretos que se ocultan tras la espada y la brujería.

Desde el comienzo, “Conan el Bárbaro” promete una aventura llena de acción y misticismo. Jason Momoa, conocido por su papel en “Game of Thrones”, encarna al cimmerio con una presencia física imponente y una ferocidad que hace honor al personaje. Sin embargo, detrás de las cámaras, Momoa enfrentó su propio desafío: su miedo a los caballos. Este temor lo llevó a realizar un entrenamiento intensivo para superar su fobia y así poder realizar las escenas de equitación con la convicción necesaria.

La película se sumerge en la narrativa clásica de venganza, donde Conan busca ajusticiar la muerte de su padre, interpretado por Ron Perlman. La elección de Perlman no es casualidad; su presencia aporta un peso dramático y una conexión visceral con el público, elementos cruciales para una historia que se balancea entre la violencia y la emoción.

Curiosamente, la producción de la película estuvo llena de cambios y decisiones inesperadas. Originalmente, el guion fue coescrito por el director de “Wall Street” y “Platoon”, Oliver Stone, quien planeaba codirigir la cinta. Sin embargo, el proyecto tomó otro rumbo y Stone se desvinculó, dejando su huella en el guion que finalmente se adaptó.

El rodaje de “Conan el Bárbaro” también estuvo marcado por su localización. Aunque inicialmente se planeó filmar en Yugoslavia, la muerte del dictador Tito y el temor a una guerra civil llevaron a la producción a buscar otras locaciones. Finalmente, España se convirtió en el escenario perfecto para recrear la Era Hiboria, con sus paisajes naturales y arquitectura histórica proporcionando el telón de fondo ideal para la épica.

La película no escatima en efectos especiales y escenas de combate, donde cada golpe y cada grito resuenan con la intensidad de un mundo donde la supervivencia es el único credo. La coreografía de las batallas es un espectáculo en sí mismo, con Momoa ejecutando cada movimiento con una precisión que habla de horas de entrenamiento y dedicación.

En conclusión, “Conan el Bárbaro” de 2011 es una película que, si bien no alcanza la notoriedad de su antecesora, ofrece una mirada fresca y visceral al personaje que ha cautivado a los fans durante décadas. Con un reparto comprometido y una producción que enfrentó desafíos dignos de cualquier aventura hiboria, esta versión de Conan merece ser reconocida por su valentía al adentrarse en un territorio tan amado y respetado por los seguidores de la fantasía.

Si deseas disfrutar de esta obra cinematográfica, puedes usar el enlace que te muestro a continuación:

Conan: El Bárbaro - Conan: The Barbarian - 2011

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