«Romancing The Stone» (1984), conocida en Hispanoamérica como «Tras la esmeralda perdida» y en España como «Tras el corazón verde», es una película que marcó un hito en la década de los ochenta por su ingeniosa combinación de aventura y comedia romántica. Dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Michael Douglas, Kathleen Turner y Danny DeVito, esta cinta no solo entretuvo a las masas sino que también se convirtió en un clásico del cine.

La película sigue a Joan Wilder, interpretada por Turner, una escritora de novelas románticas que se ve envuelta en una aventura en la jungla colombiana tras recibir un misterioso mapa. Douglas, en el papel de Jack T. Colton, es el aventurero cínico que termina siendo su aliado y, eventualmente, su interés amoroso. DeVito, como el torpe primo de un secuestrador, aporta una dosis perfecta de humor al film.

Una curiosidad fascinante es que la guionista, Diane Thomas, era una camarera cuando escribió el guion de «Romancing The Stone». Su talento fue reconocido por Douglas, quien no solo produjo la película sino que también jugó un papel crucial en su realización. Trágicamente, Thomas falleció en un accidente automovilístico poco después del estreno de la película, dejando un legado que aún resuena en la industria.

El rodaje de la película no estuvo exento de desafíos. Se llevó a cabo en locaciones que iban desde la ciudad de Nueva York hasta la selva mexicana, pasando por condiciones climáticas extremas y terrenos difíciles. Estas circunstancias, sin embargo, contribuyeron a la autenticidad de la experiencia de aventura que transmite la película.

La música de Alan Silvestri complementa perfectamente la narrativa, aunque una anécdota interesante es que la canción «Romancing The Stone» de Eddy Grant, destinada a ser el tema principal, solo se usó brevemente en la película y no apareció en la banda sonora oficial.

«Romancing The Stone» fue un éxito tanto de crítica como de taquilla, recaudando más de 115 millones de dólares a nivel mundial. Su éxito llevó a la creación de una secuela, «La joya del Nilo», que aunque no alcanzó el mismo nivel de aclamación, sigue siendo una parte querida de la franquicia.

La química entre Douglas y Turner fue tan palpable que no solo se tradujo en una colaboración exitosa en pantalla sino que también los llevó a trabajar juntos en futuros proyectos, consolidando su lugar como una de las parejas icónicas del cine de los ochenta.

En retrospectiva, «Romancing The Stone» es más que una película de aventuras; es un testimonio de la pasión y el ingenio que definen al cine. Su legado perdura, inspirando a cineastas y aficionados por igual. La película demuestra que, a veces, la vida real puede ser tan emocionante y romántica como las historias que encontramos en las páginas de una novela o en la pantalla grande. Para aquellos que buscan redescubrir o experimentar por primera vez esta joya del cine, «Romancing The Stone» sigue siendo una aventura que vale la pena emprender.

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